viernes, 16 de septiembre de 2016

Elixir disfrazado

Miles de ruidos en mi cabeza, confusión instantánea, sin saber del tiempo ni del peso de las cosas...

Hace tanto tiempo que no experimentaba la sensación de que entrara en mi cuerpo y con ello a mis sentidos; esa placentera sensación de no sentir el cuerpo, sentir que eres libre y que tus pensamientos te abandonan. Tantísimo tiempo sin dejarme llevar por él y por su abrasador tacto. 
Ésta vez decidí entregarme a sus brazos; sin pensar en el después, sin alguna responsabilidad, sin dudas, sólo pensaba en disfrutar de aquel momento.Empecé por un sencillo whisky con algunos hielos y un poco de agua mineral,armonicé el ambiente con un poco de música y mi boca empezó a cantar aquellas melodías que tanto me apasionan. Bebía un poco de mi elixir cada vez que podía; sentía como pasaba por mi garganta y caía suavemente a mi estómago y con cada trago iba surgiendo esa sensación tan cálida y envolvente. Lo único que quería era bailar y cantar, saciar ese deseo que en mi estaba presente y exigía su recompensa. Terminé el cuarto trago; mi cabeza ya estaba alerta,mis sentidos un poco adormecidos y mi cuerpo quería desahogarse. Llegando a aquel lugar pedimos unas cervezas para pasar el rato y después una botella de aquel licor que es mi favorito desde hace tiempo. Todo estaba perfecto; había un acogedor ambiente, estaba con las personas que me importaban, se sentía la alegría de aquel día en su plenitud. Amigos aquí, encuentros allá, parecía como si hubiésemos quedado de acuerdo en vernos; un poco de baile, risas, vueltas, recuerdos, algunas vueltas cortadas, extraños alrededor, todo era dicha, sin embargo no todo estaba bien, mi estómago empezaba a reaccionar a aquel elixir y mi cabeza empezaba a entorpecerse. Aquel reducido baño en el que apenas cabía era mi amigo en ese momento, traté de mejorarme mediante la expulsión de aquel elixir, pero ya mi cuerpo no reaccionaba. No sé cuanto tiempo transcurrió, escuché que alguien decía mi nombre, pero no podía diferenciar una letra de otra, era como si una voz aguda e irreconocible pronunciara vagamente mi nombre y yo no pudiera responder; mis labios estaban entorpecidos y mi cerebro no procesaba lo que estaba pasando. Se callaron las voces, pero con ese silencio vinieron unos golpes en la puerta; los escuchaba tan punzantes, mis tímpanos se contraían, no paraban los golpes; parecía como una película de terror donde el protagonista escucha cosas pero no sabe su procedencia y esto origina miedo, estaba tan aturdida que no sabía si lo que estaba viviendo era real o sólo era una alucinación. De repente vi a mi amiga afuera; estaba mirándome, estática, sin mencionar una palabra, sólo sus ojos me veían con sorpresa. Percibí algo frío en mi nuca y agua recorriendo mi cabeza...abrí los ojos, estaba recargada en un blanco lavabo; tenía un hielo en mi nuca, una mujer hablaba y me echaba agua en la cabeza, en el otro lavabo había otra mujer; inconsciente, con un hielo también y mojada. Me levanté y el amigo de mi amiga me ayudó a salir del baño, tomándome de la cintura y con mi mano en su hombro; iba despacio, procurando que no me cayera, con tanta paciencia y yo sólo me dejé guiar, me sentó en una silla afuera, yo inmediatamente rompí en llanto, tenía tanta vergüenza; sentía culpa por echarles a perder la noche, por tener que cuidarme, por mi irresponsabilidad, sentía que la gente me miraba y se reía de mi estado tan lamentable, no podía dominar esa sorpresa de haber llegado tan lejos. De nuevo ahí estaba mi amiga, intrigada, con preocupación en su mirada,se notaba que había pasado por una pesadilla, pero seguía ahí al pendiente de mi, sin criticarme ni sermonearme...sólo ahí, con su dulce mirar y con un amor incondicional. Miré a su amigo, que me pedía que bebiera agua mineral para sentirme mejor, de inmediato llegó como una ráfaga un pensamiento: "Él no tenía el porque ayudarte, es su amigo y no el tuyo, pero a pesar de que sólo se conozcan de vista, está ahí al pendiente, sin reprocharte nada, sólo esperando a que mejores para poderte llevar a tu casa y que puedas descansar". Volteé a ver a mi amiga y vino otro pensamiento fugaz: "Mírala, casi está temblando de la ansiedad, ve su cara, tiene miedo, no sabe si vas a estar bien o no, ella nunca te había visto así, la incertidumbre la está invadiendo pero a pesar de eso, ahí está; ofreciéndote su apoyo, su amor, su amistad, su comprensión, su noche, su tiempo, sus suspiros". Inhalé un poco de aire y mientras lo hacía, miré a mi izquierda, ahí estaba aquel que se nombró mi amigo, estaba tomándose fotos con una mujer, sin importarle el suplicio que estábamos pasando(no sólo yo, todos estaban pasando un mal momento), llegó otro pensamiento algo triste: "Jaaaa(se rió), velo, en vez de ver si estás bien, está ahí con su indiferencia, tomándose fotos y bailando, como si todo estuviera bien, no le importa ni lo más mínimo que va a pasar contigo, desde que estabas en el baño, él ni se apresuró a ayudarte, aunque fuera con apoyo moral, ni siquiera para tu amiga, que casi entraba en pánico al no saber como proceder. ¡Tú siempre pones fe en los demás, piensas que van a corresponderte, van a estar ahí para ti y ve, no hay más que un vacío ahí, no hay nadie, sólo está tu amiga y su amigo presentes, nadie más, aprende ya!". Lágrimas brotaron hacia mis mejillas al admitir los pensamientos, mi corazón palpitó lentamente y mis sentidos se encendieron. Nos retiramos de ahí, de aquel lugar que me dará pena recordar por algún tiempo, aquel en el que decidí dejarme llevar por el alcohol y no pensar en los demás. 

Siento tanta vergüenza,mezclada con coraje y tristeza, al ver las actitudes de los que pensaba me querían, les importaba. Acepto que yo tuve la culpa de lo que pasó, no me medí y eso ocasionó preocupaciones e intriga. Pero cada experiencia nos da un valor, y esta vez me entregó cosas muy valiosas. Como el fénix que soy, volveré a recomenzar, desde cero, haciendo que estas experiencias hayan valido la pena y la vergüenza, sustrayendo de cada minuto lo esencial, siendo prudente y tomando las medidas exactas. 

Lo que puedo decir de esta experiencia, es que a veces nos dejamos llevar por el alcohol, sin pensar en los demás, sólo importa nuestra saciedad, pero hay otras personas a las que les importamos, nos aprecian y les hacemos pasar malos momentos. El alcohol no calma los dilemas ni nos hace mejores personas, sólo es una amnesia temporal para nuestros males, con efectos secundarios agonizantes. Es cierto que nos vuelve menos cohibidos, nos altera ese ego que todo lo puede, pero realmente no eres tú, eres sólo otro poseído por su efecto, un efecto agradable pero después de un rato se torna gris y vacío. Yo tuve suerte de estar con mis verdaderos amigos, que en todo momento me apoyaron y les agradezco tanto, tantísimo, pero piensa bien antes de tomar decisiones de esta magnitud, porque aquel que dice ser tu amigo, te puede llegar a fallar y si es el único, tendrás que enfrentarte sólo a todas las etapas que este elixir te provee.  

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