Algunas palabras a mi padre

Mi papá, ese ser que me vio nacer y hasta la fecha me ha cuidado como su propia vida.

Al escuchar la cruda noticia, todo en mi, empezó a cimbrarse y el miedo apareció. Mi cerebro intentaba convencerme que todo estaría bien, que sólo era un prueba más, pero mi corazón dolía y a la vez exclamaba profundas palabras:

Papá, supongo que no te sientes fuerte ahora, que tus defensas se encuentran bajas, que tu corazón ha perdido fuerza, tus pulmones no permiten tu respiración, que ahora dudas del hombre fuerte que eres. No sabes lo duro que es esto para mi; sentir el miedo de no volverte a ver. Estabas bien papá, no había alarma previa,o eso yo creía. Puedo ver en tus ojos que no te sientes bien, ya no tienen el mismo color que antes; están perdiendo un poco su color, tu forma de hablar es más pasiva, tu caminar ya es más lento, tu existir es más calmado. Ese día al verte en la cama, acostado, sentí mi corazón dejar de latir; no creí volverte a ver de esa manera, no quería creer que nuevamente, después de bastantes meses; regresaría esa mirada triste y ese miedo intenso a perderte.

¿Recuerdas cuando en febrero estuviste en el hospital? Fue desgarrador para mi, ver a un hombre que siempre fue fuerte ante mis ojos, acostado a penas hablando. Yo no quería ir al hospital, porque sabes que me dan temor, sabía que si iba a verte, me la pasaría llorando y no podría evitarlo; aún así fui tratando de controlar mis lágrimas,te vi acostado en la cama, a penas dijiste "Que bueno veniste mija", cuando me solté en llanto; tú te sorprendiste de mi reacción y yo te perdí perdón; te dije que lo sentía, que me lastimaba verte así, siendo tú tan fuerte. Tú sólo reíste y me abrazaste; me dijiste que ibas a estar bien, que otro paciente que tenía lo mismo, había salido bien de la operación, que no me preocupara; yo no pude dejar de abrazarte y durante todo el rato que estuve ahí, me la pasé llorando. Esa vez le pedí con todas mis fuerzas a Dios, que te dejara más tiempo conmigo, que no te llevara, que yo no estaba lista para dejarte ir, que necesitaba a mi papá conmigo; a pesar de los problemas que habíamos tenido y que a veces nos había separado, te quería más tiempo conmigo y aún lo sigo queriendo.

Te amo papá, eres el mejor papá del mundo para mi, muchas gracias por todo lo que me has dado; me has hecho una mujer responsable, buena, fuerte, que no se deja, me diste junto con mi mamá, todos mis estudios, hasta tener una carrera y un título. Me haz brindado experiencias y consejos, aunque a veces hemos diferido en ciertos temas y esto ha causado conflictos, pero siempre se han resuelto. Haz estado ahí para mi y haz visto por mi, desde que era una pequeña niña. Me haz proporcionado todo, hasta caprichos míos. 

En éste momento de cambio en mi vida; me estás apoyando a que haga una vida lejos de ustedes y no me has puesto una barrera. Me has aconsejado de todo lo que implica vivir con alguien y no me has aventado a lo incierto. Puedo ver en tus ojos que te duele dejarme ir, aunque no es en su totalidad y a mi me duele alejarme de ti...¡Tengo mucho miedo por ti papá! Te quiero mucho tiempo más en mi vida, que si me llego a casar; tú y mi mamá sean los que me entreguen al altar o a donde sea, no sólo ella...de verdad cada vez que veo una película; donde el papá entrega a su hija, me dan unas ganas inmensas de llorar, porque no sé si será así conmigo. 

Quiero que veas a mis hijos nacer, que los conozcas y seas parte de su vida papá, de verdad añoro esa parte de mi vida junto a ti, junto a mi mamá y mi hermano. No quiero que toda esta ilusión que tengo, se fragmente, sino que se fortalezca. 

¡Sé que tú puedes papá!, ¡Siempre haz sigo un hombre muy fuerte!, ¡Échale ganas, no te dejes vences!, ¡Vamos papá, un año más con nosotros! Y cuando se cumpla ese año, te pediré otro año más junto a nosotros y así será siempre. ¡Voy a estar pidiendo cada día por ti y mi mamá!, ¡Sé que Dios es grande y no te quitará de nuestro lado! Me lo demostró última vez y lo seguirá haciendo. ¡Te amo papá!, ¡No te desanimes!, ¡Son pruebas que nos pone la vida!, ¡Papá, te amoooooooooooooooooooooo! Aunque casi no lo escuches de mi, así es, te amo como no tienes una idea, eres mi modelo a seguir en muchos aspectos y aún tienes mucho por enseñarme de la vida.

Perdóname de verdad, por cada vez que te he herido, por cada ofensa, cada situación difícil que ha sido causada por mi, por cada rechazo, cada decepción...¡Perdóname por todo lo malo que he hecho!.

Adiós mi casi hermana y mi amiga a través de estos años.

¿Estás ahí?, ¿Sigo en tu corazón?, ¿Aún añoras verme?. Al menos...¿Sientes intriga, de cómo estoy?...

Todas estas preguntas zumbaban en mi cabeza, en un momento que sentía colapsar. Mi mente retornó a aquellos días en que yo era feliz en plenitud; que tenía mi familia, mi pareja y mi amiga. Poco a poco fue entrando un dolor constante en mi corazón; sentí ese vacío que deja una persona, cuando se va o cuando está yéndose. 

Mis ojos empezaron a ver y a añorar aquellos días, a volver a sentir esa presencia femenina que; calmaba mis días tristes, me escuchaba sin reclamarme, ni mucho menos reprocharme, sólo me tendía su mano y su corazón y con eso; yo me sentía sumamente agradecida. Verla frente a mi; saber que está bien, que todo en su vida, funciona correctamente, que no hay ni un lamento en su corazón, que duerme plácidamente; sin tener pensamientos confusos, que disfruta cada uno de los días y no se preocupa por nada. Todo esto era, hace meses atrás, ahora sólo está en un feliz, pero a la vez doloroso recuerdo.

De un segundo a otro, regresé a mi realidad; ella no está, ni siquiera un poco cerca de mi, está sumamente lejos, tanto que no sé ni un diez por ciento de su vida. Mi cabeza empieza a preguntarse por qué está en ésta situación; como es que pasé de tener una mejor amiga, a una casi ya desconocida...mi corazón empieza a sentir más dolor y a añorar que ella regrese, pero el tiempo ha hecho que la esperanza vaya muriendo; de una manera dolorosa y lenta, pues los días se han convertido en meses y ella no ha dado ninguna señal de retorno. Mi mente y mi cuerpo, se han empezado a preparar para su partida final; por más que se resistan a la idea, el dolor los ha ido haciendo frágiles, al grado que ya no quieren más temblorina y solo quieren volver a sentirse fuertes.  Mientras mi cuerpo siente el temblor interno que manda el corazón; porque está abrazándose a sí mismo, metiéndose la dolorosa idea, de que ella no volverá, que no existirán más días con ella, ni mucho menos se cumplirá aquella promesa de envejecer juntas; ya no habrán más "te quiero", más apoyos incondicionales, no más "mi mejor amiga", menos "ayer hablé con ella", todo va a desaparecer como por arte de magia. Mi corazón sigue adentrándose en la idea y mi cerebro empieza a elaborar una carta para ella, aquella que era mi mejor amiga. 

Mejor amiga:

¿Sabes cuánto te he extrañado?, ¿Sabes cuántos días he estado en vela, cuestionándome por qué está pasando esto?, ¿Sabes cuánto me pesa el corazón, al saber que te estás alejando?, ¿Sabes cómo se siente que la esperanza de volverte a ver, se esté consumiendo?, ¿Sabes cuántas veces le he pedido a Dios por ti?...

Seguramente no lo sabes, ni sabes absolutamente nada de mi vida. Pues te contaré un poco: Creo que voy a renunciar a mi trabajo; el ambiente se ha forjado bastante pesado para mi, mi jefa no me apoya, ni mucho menos aprecia mi trabajo, al contrario; todo lo que hago ha estado mal. He salido del trabajo cabizbaja, con el corazón entre las manos y he llegado a mi casa a llorar con desesperación. En cuanto a mi familia; mi mamá y mi hermano están bien, pero mi papá no; le detectaron agua en el pulmón, el corazón un poco agrandado y problemas en el hígado...No sé si vaya a estar bien,tengo mucho miedo, ya casi es fin de año y con ello, mi miedo va atacándome, al pensar que puede acabar el año y que él no esté conmigo...¿Sabes cuánto realmente necesito de tus palabras?.  Tú conoces a mi papá y lo fuerte que es, pero en éste momento me invade la duda, pues sabes que ya no es joven...¡Necesito un abrazo tuyo!,  ¡Qué me hagas sentir ese apoyo, que antes había!¡Tengo miedo amiga!... ¡Y tú no estás!. Con mi pareja todo va bien; como en todo hay altibajos, pero hemos sabido sobrellevarlos. Me gustaría que me preguntaras: ¿Cómo va todo con él?, ¿Te hace feliz?, ¿Te sientes bien con él? y más preguntas. Sólo las imagino, pues no hay interés de tu parte. ¿Sabes? Él me ha hecho más feliz de lo que ya era,me ha hecho ver mis virtudes y defectos, me ha enseñado a tratar de ver las cosas positivamente, me ha alentado a ser cada día mejor, me hace sentir sumamente amada, me entiende, me rescata cada vez que casi caigo; no he caído hasta el fondo gracias a él, no me ha dejado sumergirme en mi tristeza y mi dolor, ha estado al pie del cañón y sé que para él no ha sido fácil, más porque con él han venido bastantes pruebas...Deseaba que tú también estuvieras ahí conmigo; en cada prueba, cada caída, pero no lo estuviste, sólo estuvo tu ausencia y ya.

No sabes cuanto he deseado leer esas palabras "Te extraño, hay que vernos tal día", he pasado días con la esperanza hasta el cuello y luego vuelve a caer hasta los talones. No sabes cuanto imaginé que venías a mi casa, a darle aún más razón a ésta esperanza y a limpiar esas lágrimas que han corrido por mi cara, al sentir que la llama se está apagando. No sabes cuanto miré el celular, esperando una llamada tuya, al grado de desesperar. No sabes cuantas veces peleé con aquellos pensamientos que me decían que ya no volverías. No sabes cuanto me ha dolido cada rechazo de tu parte. No sabes cuanto me ha dolido, que te haya pedido perdón por mis errores y sentir que ese perdón no fue correspondido. No sabes cuanto me ha costado, continuar cada día sin ti, sin esa personita que, estaría conmigo hasta la vejez. No sabes cuantas veces he visto esas cartas tan preciadas que venían de ti.

Me duele muchísimo, que no estés conmigo y que no sea nula la señal de interés. No puedo seguir así amiga, esperando paciente por algo que no tiene ni un poco ya de brillo, no puedo seguir convenciéndome que estoy en una pesadilla, no puedo cada vez que das una señal de ti; que mis ojos se alegren y esperen esas palabras tan añoradas, no puedo seguir sintiendo que yo fallé en ésta amistad, no puedo seguir dañando mi ser; haciéndolo esperar y que cada vez más, tiemble con más intensidad. 

Me queda darte las gracias por tantos años de amistad; fueron increíbles y sentía que en otra vida pudimos ser hermanas, de tan bien que nos llevábamos. Gracias por cada día que tomaste mi mano y no me dejaste caer, gracias por cada momento gracioso y penoso, gracias por acompañarme en mis locuras, en mis amores y desamores, gracias por no dejar que nuestra amistad se perdiera en cierto momento. Gracias por compartirme tu familia, gracias por hacerme sentir querida y valorada. Gracias por cada regaño, cada consejo, cada abrazo. Gracias por cada momento a tu lado amiga.

Ahora tengo que dejarte ir, bien dicen "si la amas" déjala ir (no creo en este dicho, pero en éste momento, siento que así debe ser); tal vez ya no soy tu prioridad en éste momento, ya no tengo el mismo significado que antes, tal vez ya encontraste a alguien que puede reemplazarme y lo hace mejor que yo, tal vez el enojo pudo más que nuestra amistad...No lo sé, ni lo sabré, pero te deseo todo lo mejor amiga; sabes que siempre deseé y deseo que seas muy feliz, que tus sueños se cumplan, que encuentres un amor que no te haga sufrir(porque no lo mereces), que siempre tu familia y tú, estén de lo mejor, que vivas momentos inolvidables y momentos que te hagan crecer, que siempre le sonrías a la vida, como lo has venido haciendo hasta ahora, que no importe lo que venga; tú luches por lo que deseas, que no te dejes caer a pesar de la carga. Te quiero mucho amiga y siento mucho dolor, al no poderte escribir otro más: "cuentas conmigo, aquí estaré para ti".

Atentamente: Tu amiga.****

Me retiro, con los ojos llorosos, la cara marcada de lágrimas, el corazón y el cuerpo temblando, mi mente triste, pero sabe que, di lo mejor de mi; te busqué varias veces sin poder encontrarte, intenté arreglarlo de la mejor manera, no me rendí, te di mi mano para que la volvieras a tomar y sólo recibí un rechazo.