Al principio pensé en no ir, en librarme de aquel compromiso, que más daba que no fuera, sólo era un evento más de cada año.
Me empecé a sentir triste, sin ganas de nada pero recordé el libro de los cuatro acuerdos: "Cumplir con mis promesas".Este año me planteé no romper mi palabra, así que entre miedo y tristeza me animé a ir.
Llegamos; al principio fue extraño pues me sentía fuera de lugar,a parte que todos me miraban pero poco a poco fui entrando en ambiente. Debo admitir que el alcohol me ayudó un poco pero siempre estuve en mis cinco sentidos.
Bailé con él;evité muchas veces verlo a la cara e inventé pretextos cuando él se dio cuenta pero es que muy profundamente de mi sabía que si lo hacia; sí veía esos ojos que reflejaban los míos caería lentamente en sus suaves labios, en su dulce mirar, en su gruesa voz, en su rico perfume y no podría resistirme a besarle, a que mi corazón palpitase no por costumbre sino por amor,por empatia, por alegría como lo quieran llamar.
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