domingo, 24 de julio de 2016

Perdona mi frialdad.


Llegó a mi, una extraña sensación; muy estremecedora, llena de pequeños recuerdos y explicaciones de mi modo de actuar contigo.

Un domingo muy normal, momentos con la familia y un poco de descanso en casa,de repente llegó esta sensación tan ilustrativa;sólo llegó en un instante en que mis dedos escribían un mensaje para ti, sin previo aviso y sin algún pensamiento que atrajera esa sensación. Vi pasar frente a mi, segundos llenos de nostalgia,ocasiones de felicidad y alguno que otro viejo recuerdo. Escuché como mi corazón me preguntaba el porqué yo te respondía así, no era la mejor manera de hacerlo; era muy indiferente,escasa de sentimientos, de empatía. Mi mente empezó a generar la respuesta ideal a esta interrogante y cuando la tuvo protestó: "Por protección", hizo una pausa y continúo:"Porque las situaciones me han cambiado,he sufrido bastante en tan poco tiempo,no puedo volver a tener esa calidez que había en mi ser, regresar el tiempo y borrar el dolor; haberme retirado a tiempo para evitar aquellos dolores de cabeza,haber identificado mis futuros cráteres y mejor dar marcha atrás; sin fragmentos de cariño hacia aquella persona, rendirme y no luchar tanto por aquello que no me daba el valor que merecía y el tiempo adecuado, haber sido de hierro cuando la situación lo requería, haber tenido la suficiente madurez para afrontar el momento,haber tenido la bastante fuerza para salir de aquel engaño que causó mi fragmentación, haber tomado las decisiones correctas,por eso es que soy así". 

Instantáneamente me di cuenta de lo que estaba pasando en mi interior; había un intercambio de opiniones, mi mente era racional y mi corazón como siempre sentimental. Mi mente tenía la razón,no podía cambiar todo lo sucedido para volver a ser la cálida persona que era. Cambié mucho,antes era una mujer llena de ilusiones; creía en el amor, en el destino, me visualizaba junto a alguien, creaba cuentos llenos de romanticismo,las canciones me hacían imaginar momentos de felicidad junto a mi amado, suspiraba por aquel hombre que me interesaba, mis sueños eran como novelas donde siempre el amor triunfa, dibujaba a mi hombre ideal; escribía canciones llenas de cariño para él, miraba al cielo y me preguntaba que estaría haciendo, caminaba despacio y pensaba un poco en su rostro,en la combi miraba por la ventana esperando verlo para saludarlo, me ilusionaba con las películas de amor, todo era color azul turquesa como tanto me gusta, pero poco a poco,ese color tan bello se fue degradando hasta quedar en un apenas visible azul claro. Cambié tanto físicamente como psicológicamente; al ver una película de amor ya no me emociono, olvidé completamente lo que era estar ilusionado por alguien, los suspiros se acabaron, la idea de estar junto a alguien se desvaneció, todo fue perdiendo su matiz. A mis veintitantos he vivido muchas cosas y aún me faltan muchas más por vivir, no quiero sonar amargada ni mucho menos melancólica pero mi corazón que era tibio se fue helando hasta volverse de metal. 

Lamento aquella indiferencia hacia ti, aquellas llamadas llenas de incredulidad, aquellos silencios toscos, aquellos cumplidos ignorados, aquellas muestras de afecto no correspondidas, aquellos días distante, aquellas falsas excusas, aquellas sonrisas fingidas, aquellas palabras cortantes, aquellos desaires,aquellas miradas esquivadas.Yo te advertí que no era el momento,te di mis razones para evitar herirte, es difícil luchar contra cinco años ya de soledad; de estar con uno mismo y ya, sin una persona a quien querer, sin unas cálidas manos que tomar, sin unos tersos labios que besar,sin unos brazos que reconforten, sin palabras llenas de amor,sin mensajes esperados, sin tardes llenas de risas, sin momentos incómodos, sin miradas que no necesitan palabras, sin canciones dedicadas, sin recuerdos en cada lugar, sin aquel calor de su cuerpo, sin jugueteos, sin largas caminatas, sin noches de fiestas junto a él, sin sueños futuros con él, sin bailes sensuales, sin su rico perfume, sin su sonrisa fenomenal, sin sus chistes, sin sus anécdotas de cada día, sin sus explicaciones de cada invento, sin sus ojos cafés, sin ser su consuelo en los días malos, sin tenerlo cerca para disfrutar de su compañía, sin aquel dulce mirar, sin su lento caminar, sin sus ocurrencias,sin él. Sólo he sido yo y mis amigos, así que lamento ser así contigo, créeme que no lo hago adrede sino ya es algo automático en mi; algo que se forjó con el tiempo, con cada experiencia, con cada pérdida, con cada lágrima y que ya no es tan fácil volver a creer en las palabras y más cuando te mintieron. Quisiera ser de nuevo cálida e invertir los cambios que hubieron en mi, tal vez me tome algún tiempo retornar y que mi corazón vuelva a palpitar por alguien, en lo mientras perdona mi frialdad.


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