domingo, 2 de julio de 2017

Una aventura de 2 noches y 2 días

¿Cuánto tiempo más sentiré este amor colisionado?, ¿Cómo dejo de pensar en tu mirada expresiva?, ¿Dónde tiro toda la esperanza muerta?.

La noche del 20 de enero empezó está aventura. Con miedo; el corazón palpitando como si no hubiera un mañana; desafiando a mis padres, salí de mi casa, con aquella pequeña maleta y unas cuantas voces en mi cabeza, tratando de acobardar mi valentía. Llegué a la central, con los boletos en la mano, caminé hacia mi camión. No veía el cartel "Guadalajara" en alguno de los camiones, así que me quedé paralizada en la puerta corrediza; hasta que se me acercó un maletero y me preguntó: "¿Va hacia Guadalajara?", a lo que respondí que sí y él me guió hacia el camión(Yo creo que me vio temblando de miedo en aquella puerta y por eso decidió acercarse). Me senté del lado de la ventana, se subió la recepcionista y comentó que íbamos a llegar a cierta central; así que te mandé inmediatamente lo comunicado y empezaron a disminuirse los kilómetros entre nosotros. 

A unos minutos de llegar; yo te avisé que ya casi llegaba, pero al mandarte mi ubicación, te percataste que estabas en otra central, así que me pediste que te esperara. Leí un rato en lo que esperaba; nerviosa de estar en otra ciudad, lejos de mi familia y con un chavo que conocía de unos días.
Llegaste; me abrazaste, tomaste mi maleta y emprendimos el viaje a tu departamento. En el camino, me preguntaste que si quería cenar algo y yo accedí. Al llegar a tu departamento, todo estaba callado(era ya de madrugada), era un lugar bien ordenado y cómodo. Entramos a tu cuarto, yo vi todo lo que lo conformaba; un escritorio con tu laptop, una silla, un mini closet,un baño pequeño y enseguida una cama individual; la cual fue testigo de la primera vez que dormí (si, sólo dormir) con alguien. Tú empezaste a quitarte la ropa, ya para dormir; yo apenada, me metí al baño para ponerme la pijama. Me recosté tímidamente del lado de la pared y tú tomaste el otro lado; me abrazaste y empezaste a acariciar mis piernas y brazos; hacía frío, así que accedí a tus caricias. En un instante sentí como si te estuvieras frotando en mi, pero lo dejé pasar (como casi todo en mi vida). Me sentí un poco incómoda; ya me sentía muy caliente(corporalmente), así que te dije que pararas, tú dijiste "es que me gusta acariciarte y más tus piernas", te dije que ya durmiéramos y tú no parabas, así que tomé tus manos y te dije "a dormir". 

Escuché entre sueños el ruido de una lavadora, abrí un poco mis ojos y te vi afuera, lavando un poco de ropa. Respiré profundamente y me levanté; tú te acercaste y me preguntaste como había dormido, a lo que respondí que "Bien". No habían planes, así que investigué en internet a que horas era el recorrido a Tequila; era a las 10, así que te dije que ya no alcanzábamos. Ibas en camino a bañarte, cuando me preguntaste "¿No quieres tallarme la espalda?", yo respondí bromeando "No, tú puedes solito jeje". En lo que tú te bañabas, yo arreglé un poco mi maleta; pues sólo nos íbamos a quedar una noche en tu departamento. Enseguida que saliste, yo entré y puse el seguro de la puerta automáticamente(algo en mi sabía que era necesario). 
Fuimos a desayunar en la esquina de tu cuadra; un lugar pequeño, hogareño, estaban tardando mucho con el desayuno y tú le reclamaste al mesero, te notabas algo alterado(no sé por qué) y yo te pedí que nos esperáramos un poco. 

Decidimos ir a Tequila, en el transcurso; tú ibas manejando y yo mirando por la ventana, hablamos de muchas cosas, pero entre las que me acuerdo más; te conté acerca de mi madre(tú supiste todo por lo que pasé para ir unos días contigo), tú me dijiste que no me dejara influenciar por ella; que tú mamá era muy parecida, pero que no te dejaste, no dejaste que ella se metiera en tu vida, como yo le estaba permitiendo a mi mamá adentrarse. Llegamos y enseguida buscamos un recorrido, salía en una hora, así que fuimos a vagar un rato. Compré un jarrito, muy rico por cierto, contenía: tequila, limón, naranja y agua mineral. Luego fuimos a que sacaras algo de dinero y regresamos al recorrido. Nos subimos y durante el recorrido, tú me besaste tiernamente, tomaste mi mano tantísimas veces. Al llegar a una hacienda donde producían el tequila, tomé algunas fotos contigo y caminamos hacia la destiladora. Al casi finalizar el recorrido dieron unas pruebas de un tequila destilado al 50%, tú me diste el tuyo porque según ya no tomabas. De ahí fuimos a otra parte a probar los diferentes tequilas que existen; yo tenía miedo de emborracharme, dado a que el tequila me pega muy fuerte, pero tú me animaste, diciéndome que "disfrutara el momento", yo me dejé guiar y probé cada uno de ellos. De regreso al centro, fuimos a comer algo, pero yo tenía tanta hambre; así que sólo pedí una sopa(que era de arroz super salado, pero yo pensaba que era una sopa aguada por el nombre)y una cerveza, tú pediste unos chiles de rellenar y un agua. 

Manejando de regreso, fuimos a un lugar que creo se llama "Jarritos el güero" o algo así; yo pedí una michelada y tú nuevamente algo sin alcohol. Era un lugar rústico, las sillas eran troncos cortados, las mesas igual y el techo como de madera. La gente se paraba a bailar y tú y yo sólo platicábamos o a veces ni hablábamos. 

Decidimos regresar a Guadalajara, caminamos un rato por el camellón; donde había un tipo mercadito de muchas cosas, desde aretes hasta cuadros pintados. Me preguntaste que bar prefería para ir un rato; habían muchos, así que te dije que tú decidieras.Fuimos a uno que está en una esquina; bonito el lugar y tranquilo. Pedí un tarro de barril(que en realidad sabía como a clamato) y tú pediste un refresco. Yo estaba cansada, pero a la vez animada, así tomé tus manos y empecé a bailar, pero tú no te paraste de la silla. Fui al baño un momento y en lo que venía caminando hacia ti, me percaté que tú mirabas muy fijamente a la cantante del lugar; así que llegué, te besé y fingí que me caía hacía atrás(como usualmente suelo hacerlo con mi hermano), tú sólo me jalaste, volví a hacerlo y con un tono fuerte me dijiste: "¡No lo hagas!". Sentí feo tu respuesta y me senté a esperar la cuenta. 

Ya en tu coche, yo sentía un dolor inmenso en mi pecho; sentía muchas ganas de llorar, de irme a mi casa, pero estaba lejos...muy lejos realmente, así que sólo miré por la ventana, con la mirada perdida y sin decir una sola palabra. Tú ibas concentrado en el camino, sólo puedo recordar que comentaste algo y yo asentí. Llegamos al motel, pero tuvimos que esperar a que nos asignaran un cuarto. Entramos al cuarto, acomodé mi maleta y saqué mi pijama para ponermela. Me la puse y tú dijiste "¿Para qué te la pones?, mejor así" y yo le dije que "Nada más". Tú me pediste que si te hacia un masaje y como yo sé un poco, accedí; te sentías un poco tenso de la espalda y yo intenté aliviar eso. En un instante me pediste que te besara la espalda, yo dejándome guiar(más bien siendo obediente); te besé con miedo, procurando cada parte de tu espalda. No recuerdo si tú también me diste un masaje o no, sólo me ví mirándote a los ojos, tú estabas ansioso ya, querías entrar en mi; pero yo no lo permití, te dije "sin condón no" y tú sacado de onda gritaste: "¡Pero si no tengo nada!", yo me negué de nuevo, tú inmediatamente llamaste a la recepción para pedir unos condones(increíble, no traías ni un condón). Tardaban en llegar y tú ya estabas desesperado, yo trataba de alivianar el momento bromeando, te decía: "Ya no marques, van a decir que estás desesperado", pero no hubo respuesta de tu parte. 
Ya que llegaron, pasó (unos minutos duró, unos segundos quizá, no sé), yo me puse mi calzón y nos acostamos a dormir. 

Entre sueños escuchaba la voz de mi madre y recapitulaba algunas cosas de mi vida, hasta que sonó la alarma; abrí los ojos y volteé hacia tu lado, estabas en la esquina de la cama y yo en la otra esquina (quizá mi cuerpo sintió algo en ti y ya no quiso estar más a tu lado). Me levanté, semidesnuda caminé al baño y salí a verme en el espejo; tenía el maquillaje corrido, estaba pálida y mis ojos cansados. Tú te levantaste y te pusiste detrás de mi; me abrazaste y empezaste a tocar mi senos, yo entre la confusión y el cansancio, te miré por el espejo tocarme, sabiendo lo que seguía. Comentaste: "Hay que usar el otro condón" (Si verdad, hay que garantizar la inversión), cansada caminé hacia la cama, intenté mantenerme en pie, pero mis piernas temblaban de lo débil que estaba(no había comido el día anterior, ni cenado y a parte ni desayunado). Supongo que viste mi debilidad y optaste por otra posición, luego vino lo incómodo. Te pedí que paráramos y me acosté inmediatamente; tú enojado, te fuiste al baño (supongo que a terminar). Saliste y dijiste "¿Nos bañamos?", yo tomé mi toalla y me encaminé a la regadera. Te enjaboné la espalda, el pecho también, bueno ¡¿Más bien que no te enjaboné?! y tú igual a mi; esa regadera también fue testigo de la primera vez que me bañaba con alguien, de algunos juegos y de tu última cercanía.
Fuimos a desayunar algo (por fin), de ahí a dar la vuelta en un tour por la ciudad. Durante el tour, te portaste sumamente distante, pero yo traté de disfrutarlo sin ti. Enseguida fuimos a ver un departamento que te interesaba; muy amplio, ordenado, limpio, aireado y la dueña muy linda. En un momento ella te dijo: "Si quieres traer visitas, nada más nos avisas, para traerte un colchón inflable o alguna otra cosa que necesiten, por ejemplo ella...¿Qué es de ti? ¿Tú novia?", yo iba a responder: "No, sólo somos amigos", pero tú te adelantaste a decir un firme: "Sí" ;yo me quedé sorprendida de tu respuesta, pero no te dije nada. 

Me llevaste a una plaza que querías que conociera; muy grande por cierto y con muchísimas tiendas, yo te pedí que fuéramos al baño, el baño más cercano era el de Cinepolis, así que fuimos. Al salir del baño, no te vi y te busqué varias veces con la mirada; como no te veía, decidí irme a sentar justamente en la banquita, que se encuentra afuera del cine. Seguía sin verte, hasta que vi que venias hacia mi, pero de un momento a otro ya no te vi; revisé mi celular y tenía una llamada perdida tuya, te marqué y ya venías hacia mi, así que colgué y me levanté para que me vieras. Tú me viste con una cara de desprecio y me gritaste: "¡Te estoy marcando y no me contestas!", te respondí: "Ya te iba a contestar, es que no te encontraba", no dijiste nada y empezaste a caminar. Buscamos un lugar para comer, me agradó Chai, así que esperamos a que nos asignaran mesa. En lo que esperábamos, me dijiste: "Aquí en Guadalajara hay pura gûerita bonita", yo bromeando dije: "Si verdad, ya me voy a venir a trabajar aquí jeje" y tú respondiste descaradamente: "Si verdad, para que se te pongan los ojos azules y todo", yo me sorprendí de tu respuesta, esperaba que dijeras algo como: "Sí, porque estás bonita" o algo por el estilo, pero no eso. 
No tenía tanta hambre, así que comí despacio y aprovechando los minutos de silencios, te agradecí por esos días, por la compañía y todo; quería decirte más pero sentí que iba a llorar, a lo que dijiste que no me importara la gente, así que te dije que eras un super chavo, lindo y muchas cosas más. Tú tenías una expresión dura en tu cara, nada de lo que decía la suavizaba, me interrumpiste y dijiste: "Yo también me la pasé bien, eres buena chava y eso, pero yo ya te había comentado que no creo en las relaciones a distancia y quiero que lo tengas claro, estuvo chido todo, pero hasta ahí", sentí mil piedras caer sobre mi corazón; pues inconscientemente esperaba una respuesta diferente, que me dijeras que lo ibas a intentar o algo así, pero no fue así. Salieron algunas lágrimas y tú ni me mirabas, me comentaste de una experiencia que podía servir(viste mucho dolor en mi supongo) para cambiar mi vida y yo sólo te escuché, luego te pregunté que si me podía ayudar en algunas cuestiones y repondiste que si.

Corrimos hacia la salida, pues ya casi era hora de tomar mi camión de regreso. Tú ibas muy rápido y yo trataba de seguir tus pasos; tú no te percatabas que no podía ir a tu ritmo, sólo ibas enfocado en llegar al carro. Manejaste a toda velocidad hacia la central, durante el trayecto no dijiste nada, sólo te limitaste a mirar el camino; no tomaste mi mano como en un principio lo hiciste, ni siquiera sonreiste un poco. Llegamos a la central, te bajaste del carro para sacar mi maleta, mientras la sacabas, yo estaba parada frente a ti. Me la entregastaste y yo te miré a los ojos, tratando de expresarte lo que esperaba que hicieras. No te acercaste a mi, sólo me dijiste que tuviera un buen viaje; una parte de mi corazón se colapsó, esperaba que me abrazaras muy fuerte, pues era la última vez que nos veríamos, que me dijeras alguna cosa bonita, que hicieras de esa despedida, algo especial, pero no fue así en lo absoluto. Yo, con mi pecho sofocado, te abracé sin esperar nada de ti; me abrazaste ligeramente y yo sin mirarte de nuevo, caminé a mi camión. Aún no salía, así que tuve que esperarme en la puerta corrediza (ni siquiera me acompañaste en lo que me iba); contuve mi respiración varias veces, pues sabía que si no lo hacía, rompería en llanto. Subiendo las escaleras del camión, buscaba mi asiento y esperaba que no me tocara un compañero, pero me tocó estar con una señora muy sonriente. Ya saliendo de Guadalajara, me tomó la nostalgia fuertemente y ya no podía resistir más aquellas lágrimas; me puse mis audifonos y sin que me importara la presencia de aquella señora, empecé a llorar; lágrimas muy pesadas salían de mis ojos, mi corazón se contraía y expandía varias veces, mi cuerpo sentía un frio estremecedor y mis manos se entrelazaban entre sí, para recordarse que no estaban solas.

Me quedé dormida y desperté justamente antes de llegar a la central. Bajé aquellas escaleras y le agredecí al chofer el viaje. Pagué mi taxi y esperé por él. En lo que iba en taxi, pensaba en como entraría a mi casa, con que cara los vería, como les diría que el viaje que llegué a pensar, que sería algo extraordinario, había sido un fracaso, ¿Cómo los iba a ver a los ojos después de lo sucedido?, ¿Cómo iba a ocultar aquel dolor?, ¿Cómo mantendría la mirada firme, sí no podía ni levantar la mirada?. Decidí no contarles nada, llegué, los abracé y me fui a "dormir"(realmente  me fui a llorar y a abrazar a mi almohada, al menos ya estaba en casa y no lejos).

Seguí hablando contigo, como si la distancia no significara nada; te preguntaba de tus días, de tu trabajo, de tu vida y tú contestabas bien. Después de un tiempo(como quince días), tu contestación se limitó a ser "amable". Por mi mente nunca llegó a pasar que hubiera alguién más...así es, el día de tu cumpleaños; entré a tu facebook para felicitarte, pero como soy curiosa, vi algunas publicaciones y entre ellas estaba esa...aquella que me causó tanto dolor, rabia, coraje, desilusión, impotencia y más; recién habías publicado que tenías una relación. Esto no fue lo peor, sino que por conocidos, me dijeran que ella era de mi ciudad; algo que tú me dijiste fue que no creías en una relación a distancia..¿¡Y entonces?!, ¿Qué pasó con tu palabra?, ¿Qué pasó con lo que vivimos?. Sólo fui una diversión para ti, esa es la realidad, no hay que buscarle una razón bonita. Te eliminé completamente de mi vida, ya no quería saber más de ti, ni tu de mi(era más que obvio) y empecé a olvidarte poco a poco. Olvidar aquello que fue especial para mi y para ti sólo fue un rato; aquel riesgo que tomé con todas mis fuerzas y que ahora sólo es un recuerdo, aquella mano que acompañó la mía, día y noche, aquellos ojos que me miraron tantísimas veces y que me ignoraron otras tantas, aquel cuerpo que no era perfecto, pero era único para mi.

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Algo que he aprendido en ésta vida, es que tienes que correr riesgos, a pesar de lo que llegue a pasar; desde que llegues con mil triunfos, hasta que vuelvas con las manos vacías y el corazón roto. Las experiencias que más te hacen fuerte, son las recaídas; son las que te enseñan a renacer de tus cenizas; una y otra vez, las veces que sean necesarias. Aunque estés en un abismo, aunque no sientas más tu cuerpo, sólo sientas un dolor que te consume; que recorre, cada parte de tu cuerpo y de tu corazón, aunque sientas tanto corage; de esos que te paralizan y sólo buscan una venganza, aunque sientas que ya no quieres dejar entrar a nadie más; porque tu corazón está herido, desilucionado, apenas palpitando, a penas sintiéndolo...Tienes que salir poco a poco, aunque no haya luz alguna; ésta irá apareciendo con tu progreso, hasta que puedas ver una hermosa luz y estés recuperado por completo. Esto no es garantía de que la siguiente experiencia será hermosa, podrá ser otra recaida; pero no tan fuerte como la pasada, pues ahora ya tienes un corazón aún más fortalecido.


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